lunes, 4 de abril de 2016

El mayor espectáculo del mundo

Siempre he pensado que en Madrid existen muchas facilidades para divertirse y entretenerse. Como magna e inabarcable urbe, las posibilidades de encontrar ocio y demás aspectos lúdicos están por todas partes, tras cada esquina puedes encontrarte algo que hacer y con el que llenar tu tiempo. El que se aburre, en verdad es porque quiere.

Portada del Congreso de los Diputados el día de la primera sesión de investidura de Pedro Sánchez.

Hace un mes aconteció en la capital del Reino uno de esos espectáculos que de vez en cuando nos deleitan las horas de las comidas con frases variopintas y rimbombantes que entretienen al personal, y en ese caso particular, uno tan relevante que podía afectar y afectó al devenir del país, a los intereses de la comunidad. Comenzó el Debate de Investidura de Pedro Sánchez, candidato del PSOE a ocupar la Presidencia del Gobierno. El hecho de que los resultados electorales del pasado 20 de diciembre resultaran tan fragmentados, dio a ese debate político las características históricas de un pleno y una situación política única en nuestro país durante estas casi cuatro décadas de Democracia. Y como se pudo comprobar, un mes después de aquellas jornadas seguimos sin gobierno emanado del 20-D, algo insólito en nuestra historia política reciente.


Imagen de la Carrera de San Jerónimo en dirección rotonda de Neptuno con la iglesia de los Jerónimos al fondo. A la derecha roulotte de RTVE, de espaldas en la parte baja la periodista Ana Blanco, en la parte superior otros periodistas como Víctor Arribas.

Y ante tal “acontecimiento histórico” y aprovechando que en estos momentos me encuentro viviendo como un madrileño más, allí me fui a comprobar in situ el ambiente vivido en la calle mientras tras los muros de esa centenaria casa de la Carrera de San Jerónimo, esos nuestros políticos volvían a la pugna cual gladiadores romanos. Y es que esos personajes de la antigüedad no me hicieron sino recordar otro lugar de la antigua Roma donde se celebran juegos y divertimentos para la plebe. El Circus romano, donde se celebraban competiciones de carreras hace un par de milenios, era un lugar de entretenimiento que corre paralelo a lo que pude observar frente a los dos leones de hierro que guarecen la entrada de la Cámara Baja.

A la salida del Congreso los ministros en funciones De Guindos y Soria se despiden con un abrazo.

Llegando al Congreso, la expectación de la gente ante tal espectáculo era notoria. Curiosos que esperaban el paso de los ‘afamados’ políticos y periodistas, otros ciudadanos que de paso entre gestión y gestión lanzan una mirada alrededor para averiguar el revuelo circundante, y periodistas, periodistas por doquier, tanto en la entrada del complejo aguardando a los políticos, a nivel de calle preguntando a los paseantes, y grandes caravanas televisivas que retransmitían en directo el debate, mientras sus contertulios se preparaban para su posterior intervención sobre la impresión causada. Ante tal revuelo, difícil era el trabajo de la policía que tenía que controlar a todos los curiosos que se arremolinaban, algo que no olvidará un “amable ciudadano ciclista” que se pasó de listo con un agente, y que tras la correspondiente identificación, seguramente le haya llegado algún apercibimiento monetario.


Los reporteros del programa de Telecinco AR preguntando en la entrada del Congreso al ex diputado de CiU Duran i Lleida.

Entre la gente del “común” donde me encontraba, me cruzaba como si superestrellas fueran a afamados periodistas de nuestro país como Álvaro Zancajo y Sandra Golpe, que fueron requeridos por otro “fan” para una autofoto que decorara su carpeta personal junto a los Back Street Boys o los Take That. Grandes roulottes informativas eran escenario de transmisión de la señal que salía del Congreso así como de debates entre contertulios analizando la “jugada”. Allí se encontraban compitiendo por share televisivo Antena 3 y RTVE, con rostros de sobra conocidos como Ana Blanco o Vicente Vallés junto a otros periodistas como Francisco Marhuenda, Sergio Martín Herrera, Víctor Arribas, Cristina López Schlichting, Antonio Casado, José María Calleja, etc, además de otros compañeros suyos que salían del lugar de la noticia para luego hacer sus crónicas, como Pablo Castellanos, José Oneto o Isabel Durán. Verdadera sorpresa para mí fue ver un rostro conocido de mis tiempos de estudiante universitario en Granada, al compañero y hoy reportero de RTVE Gabriel López buscando con micrófono y cámara testimonios ciudadanos, focos que muchos esquivábamos, pues ese día quizás no íbamos muy lustrosos ni bien peinados.


En la portada del Congreso, abandona el lugar su antiguo presidente, el ahora diputado popular Jesús Posada.

Tras el final del debate, otro momento de expectación del personal por ver algún rostro famoso fue cuando nuestros políticos salían del recinto. Allí se podían ver como si un desfile de celebridades se tratara a políticos de diferentes partidos poniendo rumbo a sus “merecidos descansos”. Invitados como el presidente del Senado Pío García Escudero, el político de Unió Josep Antoni Duran i Lleida, el presidente de Valencia Ximo Puig, los ex ministros socialistas Carmen Alborch y Jordi Sevilla, el ex presidente balear José Ramón Bauzá, el diputado madrileño del PSOE José Cepeda. O diputados en activo como Jorge Moragas, Pablo Casado, el ex presidente del Congreso Jesús Posada (del PP), Joan Tardá y Gabriel Rufián (ERC), Aitor Esteban (PNV), Juan López de Uralde (Equo-Podemos), el actual presidente del Congreso Patxi López y el candidato del PSOE a ocupar la presidencia del Gobierno Pedro Sánchez, verdadero foco de atención periodística, cuyas cámaras y micrófonos lo rodearon agobiantemente en su trayecto por la calle. Así como los ministros en funciones Ana Pastor, José Manuel García-Margallo, José Manuel Soria o Luis de Guindos.


Grupo de periodistas se agolpan alrededor del candidato socialista a presidir el Gobierno, Pedro Sánchez.

Frente a las escalinatas del Congreso, el grupo de periodistas sigue al candidato Pedro Sánchez.
Dada la expectación, se ve claramente que es un lugar de entretenimiento, sí, y si antes he nombrado al circo máximo romano como símil del Congreso (pues si antes se competía en carreras, en éste se sigue compitiendo dialécticamente), me quedo con la palabra circo con la connotación actual que tiene el vocablo, pues eso es lo que se ha convertido el Congreso en concreto y la actividad política en general en los últimos tiempos, un auténtico circo. No hace falta decir que los payasos, muy a nuestro pesar, abundan a mansalva, los vemos diariamente en la tele o en la prensa. Rufián el charnego independentista (él mismo se autocalificó así) podría ser un ejemplo de la payasada diaria de la vida política, así como del espectáculo dado a las masas. Curiosa visión además la que tuve cuando un grupo de jóvenes estudiantes, intuyo que catalanes de viaje de estudios, se acercara al final del día en la Carrera de San Jerónimo a hacerse una foto muy felices junto al rufianesco personaje. Supongo que ello sería la única alegría de su viaje, pues tiene que ser muy duro estar en la capital de un Estado que “les oprime”. Además de payasos, podemos ver a políticos trapecistas, que han logrado pasar delgadísimas cuerdas y no se han caído jamás contra todo pronóstico, malabaristas que te hacen marear y vomitar del juego que hacen, magos que por arte de magia te roban sin darte cuenta, y fieras, muchas, demasiadas fieras. También hay enanos, porque a muchos políticos les crecen mucho. Mientras, el domador que preside la Cámara, intenta poner orden y dirigir un bello edificio donde se podrían haber rodado dos míticas películas circenses, “El fabuloso mundo del circo”, película de Henry Hathaway, o “El mayor espectáculo del mundo”, película de Cecil B. DeMille. Hoy, pasado un mes después de aquello, el espectáculo sigue, y seguirá las próximas semanas alimentando nuestras cabeceras de prensa y los titulares televisivos. ¡Qué divertido!


Fotogramas sacados de las noticias de la noche de TeleMadrid. El tipo del abrigo rojo, arriba a la izquierda, y abajo, es el que escribe.
Portada del Congreso de los Diputados al anochecer de esa jornada política.